Hoy mencionaremos un error que se suele encontrar frecuentemente en la literatura sobre las encuestas y sobre las encuestas de opinión.
El mismo consiste en confundir todas las encuestas con las encuestas de opinión o con las encuestas sociales. Si se pretende elucidar qué es una encuesta, o brindar una definición, hay que dejar en claro que de ninguna manera es algo que se aplica a las personas necesariamente.
En realidad, la encuesta es una técnica de recolección de datos (alguien podría cuestionar hasta donde los datos se "recogen" como quien toma algo que ya está dado por ahí y no son creados, al menos hasta cierto punto por quien investiga, pero ese es otro problema que abordaremos más adelante) que deriva o es una aplicación del procedimiento de muestreo.
Específicamente es el empleo de ciertos procedimientos estandarizados y validados de investigación bajo los cuales se toma información sobre una muestra representativa de una población o universo, como se suele denominar el conjuto total investigado.
Está claro que el propósito de tales procedimientos de investigación es mejorar nuestra intelección de algún fenómeno, digamos obtener una buena explicación.
Uno puede realizar una encuesta mediante la cual se seleccionen por muestreo libros de una biblioteca sobre los que se completa en un cuestionario cierta información, pues lo que importa es que el procedimiento sea muestral y representativo.
Ello, como ya hemos mencionado, resulta de la aplicación de la teoría matemática de las probabilidades a la investigación de fenómenos, incluso no sociales.
Una encuesta por muestreo se diferencia de un censo en que éste consiste en administrar un cuestionario a toda la población de que se trate, en tanto que la encuesta siempre es aplicada a una muestra, en el mejor de los casos representativa.