La elección del tipo de encuesta de opinión que se utilizará de los tres tipos generales que se han indicado (encuestas autoadministradas, encuestas personales, encuestas telefónicas) dependerá de varios factores.
De entre ellos hoy consideraremos algunas características relevantes del universo o población.
Recordemos que población o universo es la totalidad de individuos (personas o no, recordemos) que componen el conjuto sobre el que se aplicará una encuesta por muestreo.
Algunos factores son determinantes o influyentes de manera significativa en dicha elección.
Por ejemplo, si se cuenta o no con un listado completo y con información relevante (como las direcciones de las personas a encuestar o sus teléfonos, por ejemplo) de la población que es objeto de estudio.
Está claro que si la respuesta es negativa a ambas cuestiones las cosas se complican para, por ejemplo, prescindir de la encuesta personal.
Una muestra realizada sobre un listado incompleto (o en el cual se ha decidido excluir a certas personas por una u otra razón) pierde inexorablente toda representatividad.
También es importante conocer aspectos como el nivel de alfabetización de las personas (supondremos que estamos hablando de encuestas sociales), pues si hay un porcentaje significativo de personas poco o nada escolarizadas se hace dificil emplear la encuesta autoadministrada, pues aún cuando puedan finalmente completarlas puede que no lo hagan del mismo modo que quienes no encontraron dificultades.
También es importante que se sepa la manera como decodifican los mensajes o las preguntas del cuestionario las personas; en ciertos sectores socioculturales las expresiones pueden tener un significado primario claramente diferente, e incluso incompatible con el que es percibido en otro.
Un ejemplo muy claro, de experiencia personal, es que en mis épocas de encuestador una de las preguntas pretendía que el encuestado se identificara con algunas de las categorías de un espectro ideológico que iba de derecha a izquierda, en el que se le leían las categorías de respuesta luego de preguntarle si, ideológicamente, se consideraba una persona "de derecha, de centro derecha, de izquierda, de exterema izquierda".
Algo que solía ocurrir, en sectores no escolarizados y no familiarizados con nuestros discursos y símbolos ideológicos de nuestra clase media urbana es que algunas personas decían "de derecha, yo soy una persona derecha".
Eso me ocurrió muchas veces, en años de trabajar en encuestas. Un encuestador bien entrenado puede contribuir al control de estos aspectos, lo que se dificulta cuando no existe la entrevista cara a cara. Además, el entrevistador in situ adquiere cierto background o información contextual que le servirá para los informes que presente, complementando lo que pudiera haber manifestado el encuestado.
Un aspecto relacionado con el anterior es la evaluación del grado de cooperación y de sinceridad de la persona que responde, que siempre puede apreciarse y lograrse mejor estando presente. Estas son ventajas de la encuesta personal sobre los otros tipos de encuesta que nunca deben desdeñarse en un estudio serio, por ejemplo en una encuesta política o preelectoral.
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