Una de las modalidades de muestreo de encuestas de opinión que a veces se emplea es la denominada "coincidental" o "casual".
Una encuesta realizada mediante una muestra coincidental no es probabilística y consiste en encuestar a personas (por ejemplo, aunque las unidades de análisis pueden ser otras, como hogares) seleccionándolas de manera puramente casual hasta cubrir una cantidad determinada de casos.
En la típica encuesta coincidental, el encuestador se ubica en un punto geográfico urbano (generalmente en un sitio donde hay mucha gente, como estación central de ferrocarril o una esquina muy concurrida) y, sin método alguno, aplica el cuestionario de la encuesta a todos los que estén dispuestos a responder.
Como ventaja, las encuestas casuales o coincidentales poseen la particularidad de que sus costos son menores, pues las encuestas se responden en menos tiempo, no se requiere mucha capacitación de encuestadores y los costos generales son sensiblemente menos que en un muestreo probabilístico estándar.
Sin embargo, las encuestas coincidentales o por muestreo callejero casual no son representativas, incluso cuando a veces se aplica en ellas un requisito de selección por cuotas (por ejemplo, cierta cantidad de varones, mujeres, jóvenes, adultos, etc, que pretende respetar una proporción poblacional) por lo que no son una modalidad recomendable para obtener datos confiables.